Los activos digitales son de alto riesgo, puede perder todo su dinero. No debe esperar estar protegido si algo sale mal. Más información

Conceptos básicos de criptomonedas

Historia de las criptomonedas

Las criptomonedas atrajeron la atención generalizada después de la introducción de Bitcoin en 2008, pero el concepto de activos digitales ya existía desde mucho antes. De hecho, la idea de la criptomoneda surgió por primera vez en 1989, cuando el informático estadounidense David Lee Chaum desarrolló una forma temprana de dinero digital. Utilizó técnicas criptográficas para asegurar y verificar transacciones, sentando las bases de lo que se convertiría en una característica clave de las criptomonedas modernas.

A principios de la década de 1990, los avances en criptografía y software permitieron la posibilidad de crear monedas digitales descentralizadas. En 1998, el ingeniero informático Wei Dai introdujo el concepto de «b-money» en un documento que describía un sistema de moneda digital anónimo y distribuido. Esta idea impulsó aún más la visión de cómo podría ser un sistema financiero descentralizado.

Otro hito importante llegó con «Bit Gold», una moneda digital creada por el innovador de la cadena de bloques Nick Szabo en el mismo año que b-money. El trabajo de Szabo fue impulsado por el deseo de abordar las ineficiencias del sistema bancario tradicional y reducir la dependencia de la confianza en las transacciones financieras. Aunque estas primeras criptomonedas como Bit Gold nunca se hicieron oficiales ni se adoptaron de forma generalizada, allanaron el camino para el desarrollo de las monedas digitales actuales.

 

La primera criptomoneda

Bitcoin (BTC), lanzado en 2009, es reconocida como la primera criptomoneda verdadera. Creada por un individuo o grupo anónimo que utiliza el seudónimo de Satoshi Nakamoto, Bitcoin fue diseñada como una alternativa descentralizada al sistema financiero tradicional. Esta medida fue, en parte, una respuesta a la crisis financiera mundial de 2008, que expuso las fallas en la infraestructura financiera existente.

Desde la introducción de Bitcoin, se han desarrollado muchas otras monedas digitales, algunas con el objetivo de mejorar el diseño de Bitcoin, mientras que otras se centran en casos de uso completamente diferentes. Por ejemplo, Ethereum, que debutó en 2015 y ahora es la segunda criptomoneda más grande por capitalización de mercado, fue diseñada para admitir aplicaciones descentralizadas (dApps) y contratos inteligentes, ofreciendo una plataforma para soluciones de cadena de bloques más complejas.

 

El auge de las altcoins

Las monedas digitales desarrolladas después de Bitcoin se conocen colectivamente como «altcoins». El término es una mezcla de «alternativa» y «moneda» (coin), y se refiere a cualquier criptomoneda que sirva como alternativa a Bitcoin. Muchas altcoins surgieron para abordar las limitaciones percibidas de Bitcoin y ofrecer nuevas características o mejoras.

Tras el éxito de Bitcoin, se introdujeron muchas otras monedas digitales entre pares, cada una con el objetivo de replicar los logros de Bitcoin o crear nuevos nichos en el mercado. Las altcoins a menudo compiten ofreciendo innovaciones en la velocidad de las transacciones, la eficiencia energética, la privacidad o la funcionalidad. Mientras que algunas altcoins se centran en mejorar las deficiencias de Bitcoin, otras introducen conceptos completamente nuevos en el ecosistema de las criptomonedas.